El blindado chileno "Blanco Encalada" se encontraba haciendo reconocimientos cerca del puerto peruano de Mollendo cuando desde sus posiciones se divisaron tres humos al sur, que venían en su dirección. Eran los buques peruanos "Unión ", "Pilcomayo" y "Chalaco".
La "Unión" al reconocer al "Blanco" y sabiendo que éste era muy superior a cualquiera de los tres, retrocedió tomando rumbo Sur, al encuentro de los 2 buques que lo acompañaban. Reunidos los tres comandantes, forjaron el plan de huida para evitar ser capturados: la "Unión", el más rápido de los tres, debía atraer al blindado dando así tiempo a sus acompañantes para huir, por lo cual tomo rumbo al oeste llamando la atención del enemigo, mientras la "Pilcomayo" tomo rumbo a toda maquina hacia el sur y el "Chalaco" tomo rumbo sureste.
El almirante Galvarino Riveros, sabedor de la velocidad de la Unión y de lo difícil que seria darle alcance se decidió ir tras la Pilcomayo a toda maquina. El comandante del buque peruano, don Carlos Ferreiros, se percata que su perseguidor se acercaba rápidamente y sabia que seria imposible huir, por lo cual cito a sus oficiales para decidir la suerte de su buque. La decisión fue tomada rápidamente: debían incendiarlo o hundirlo, evitando así que cayera en manos del enemigo.
Ya a menos distancia, el "Blanco" comenzó a disparar sobre la cañonera peruana causándole mucho daño. Mientas, eran abiertas las válvulas de esta y se vertía sobre su buque todo elemento inflamable para poder quemarlo. Al iniciarse el incendio, detuvo el buque arriando los botes para salvar a su gente los cuales, con banderas blancas, anunciaban que no entrarían en combate.
El almirante chileno, al llegar al lugar, hizo abordar la cañonera enemiga al comandante Goñi, el cual arrió la bandera peruana, cambiándola por la chilena. Se envió gente a apagar el incendio y cerrar las válvulas, evitando así la perdida de la nave. Una vez cumplida la misión, fue llevada a remolque por el Blanco hasta Pisagua y reparado el buque, fue llevado a Valparaíso.
Hoy, en uno de los costados de la Cripta al Loor de Chile en el Museo Naval, se exhibe la rueda de gobierno de la cañonera capturada.
La "Unión" al reconocer al "Blanco" y sabiendo que éste era muy superior a cualquiera de los tres, retrocedió tomando rumbo Sur, al encuentro de los 2 buques que lo acompañaban. Reunidos los tres comandantes, forjaron el plan de huida para evitar ser capturados: la "Unión", el más rápido de los tres, debía atraer al blindado dando así tiempo a sus acompañantes para huir, por lo cual tomo rumbo al oeste llamando la atención del enemigo, mientras la "Pilcomayo" tomo rumbo a toda maquina hacia el sur y el "Chalaco" tomo rumbo sureste.
El almirante Galvarino Riveros, sabedor de la velocidad de la Unión y de lo difícil que seria darle alcance se decidió ir tras la Pilcomayo a toda maquina. El comandante del buque peruano, don Carlos Ferreiros, se percata que su perseguidor se acercaba rápidamente y sabia que seria imposible huir, por lo cual cito a sus oficiales para decidir la suerte de su buque. La decisión fue tomada rápidamente: debían incendiarlo o hundirlo, evitando así que cayera en manos del enemigo.
Ya a menos distancia, el "Blanco" comenzó a disparar sobre la cañonera peruana causándole mucho daño. Mientas, eran abiertas las válvulas de esta y se vertía sobre su buque todo elemento inflamable para poder quemarlo. Al iniciarse el incendio, detuvo el buque arriando los botes para salvar a su gente los cuales, con banderas blancas, anunciaban que no entrarían en combate.
El almirante chileno, al llegar al lugar, hizo abordar la cañonera enemiga al comandante Goñi, el cual arrió la bandera peruana, cambiándola por la chilena. Se envió gente a apagar el incendio y cerrar las válvulas, evitando así la perdida de la nave. Una vez cumplida la misión, fue llevada a remolque por el Blanco hasta Pisagua y reparado el buque, fue llevado a Valparaíso.
Hoy, en uno de los costados de la Cripta al Loor de Chile en el Museo Naval, se exhibe la rueda de gobierno de la cañonera capturada.